Uruguay: “Hay sospechas de corrupción”

El líder blanco Jorge Larrañaga cree que en el Frente Amplio ya se han acostumbrado al poder y que, por tanto, dependen de él para mantener la unidad interna. Por eso, dice, la izquierda no puede darse el lujo de perder las próximas elecciones porque en ello le va su supervivencia.

Compartir – Leonardo Pereyra – El Observador – Pluna – 22.10.2012 05:00

El dirigente nacionalista Jorge Larrañaga dijo que los blancos ampliarán la denuncia ante la Justicia

También afirma que en el affaire Pluna existen “sospechas de corrupción” y por eso los blancos van a ampliar la denuncia que realizaron ante el juzgado del crimen organizado. Larrañaga asegura que no tiene miedo de criticar al empresario Juan Carlos López Mena y confía en la herramienta de las interpelaciones para desnudar las falencias del oficialismo.

Usted ha dicho que hay halcones y palomas en todo el proceso de Pluna, ¿a quiénes se refiere?

Cada día que pasa aparecen nuevas complejidades que hacen pensar que hay más halcones y menos palomas. Toda la ingeniería que llevó a liquidar Pluna fue obra del Ministerio de Economía. El ministro Lorenzo es el principal responsable de todo este asunto. Y, junto a él, el ministro de Transporte ha sido el artífice de la decisión de cerrar Pluna, de la ley, de la negociación con Cosmo y con el empresario. Y ahora, frente al desastre, lo desautorizan poniendo al secretario de la Presidencia. No  puede haber burla mayor. El FA privatizó lo poco que quedó de Pluna y estatizó las deudas. La cerró en un proceso sospechado y lamentable que tiene de rehén a un país y a muchísima gente. Encima quedó de rehén de quien adquiera el boleto de subasta, de un postor que representa a una empresa sin capital para afrontar una operación de US$ 137 millones.

¿Por qué en los cuestionamientos de parte de los políticos sobre el proceso de Pluna hay pocas críticas a López Mena?

A mí no me callan. No tengo más compromiso que con el país. Si hay algo mal, lo voy a cuestionar. Acá todo fue poco transparente: lo del gobierno y los privados, lo de Cosmo, lo del representante con el nombre cambiado… en fin, ha sido todo un gran papelón. Novela de muchos capítulos todavía inconclusa. Ahora, dejemos las cosas en claro, los privados hacen lo que les permite el gobierno.

¿Planea alguna otra acción política además de la interpelación a los ministros Lorenzo y Pintado?

Vamos a ampliar la denuncia penal que como partido realizamos ante el juzgado del crimen organizado, agregándole todos los nuevos episodios. Este tema es impresentable, es una vergüenza, un hazmerreír. En el FA van a seguir jugando al bueno y al malo, descalificando a la oposición para tapar todo este enredo.

¿Para qué sirve una interpelación si no tiene consecuencias políticas?

Siempre hay consecuencias. En la que hicimos al ministro de Cultura, luego se cambió al presidente del Codicen y a la directora Nora Castro. Y aporta lo que falta: transparencia. La oposición y la prensa están transparentando los entretelones de un negocio que de una vez pone de manifiesto la incapacidad de gestión y abre enormes interrogantes, cuando no sospechas de corrupción. La interpelación permitirá aclarar lo que hasta ahora es oscuro y turbio. La interpelación es una herramienta por sí misma, más allá de sus consecuencias. El presidente no debería esperar para que se asuman las responsabilidades. Si no ejerce su autoridad para retirar del gabinete a los que llevaron al fracaso de esta operación, quedará en entredicho, y atrás de él todo el gobierno y el FA.

¿Por qué habla de “sospechas de corrupción”?

¿Y qué le parece? El gobierno genera sospechas con todo el procedimiento. Desde la subasta, pasando por el postor, por la posibilidad de comprar el boleto… Irregularidades que nos llevan a la sospecha.

Algunos analistas consideran que este episodio significa un golpe para el sector del vicepresidente Danilo Astori, ¿cómo lo ve usted?

Se golpean solos. El fracaso es del gobierno. De este y del anterior. Vázquez y Mujica están maniatados y acollarados en este tema. No podemos olvidarnos que la bienvenida a Campiani se la dio Vázquez. Astori  recomendó a Campiani. Lorenzo ha expresado que la gestión de Campiani fue correcta. Es inadmisible que se sostenga eso. Se justifica a quienes han causado enormes daños porque es una manera de justificarse a sí mismos.

¿Cómo evalúa lo dicho por Vázquez en torno a este asunto? 

Vázquez siempre juega a las escondidas. Esto no se arregla con una carta que dice “nos equivocamos”. Su profundo y ahora prolongadísimo silencio es irresponsable. Un referente político no puede permanecer callado con episodios como el de Pluna. Fue su gestión la que trajo a Campiani, fueron sus hombres de confianza los que pasaron a gerenciar la empresa que terminó vaciada. No hay más lugar para la política epistolar, de cartitas y comunicados. Vázquez debe dar la cara y hacerse responsable. Todos los uruguayos pagamos los desaguisados que ellos hacen, ¿y ni la cara dan? Así no.

Usted es crítico con Vázquez, entre otras cosas, porque lo ve como el gran adversario en las próximas elecciones. 

No se trata de ver adversarios. Soy crítico porque su gestión en este como en otros temas fue pobre. Lo sostuvo la mayoría absoluta y la bonanza económica. Fue capitán de un barco con viento y corriente a favor que ahora se está escorando.

Sin embargo, Vázquez tiene una gran popularidad.

El FA hasta 2004 era sinónimo de cambio. Vázquez supo capitalizar esa sensación. Hoy, el FA es sinónimo de continuismo, de desorden. Pero no solo Vázquez. No hay una figura en el FA con la capacidad de articular afuera y al mismo tiempo cohesionar la interna. El gobierno es tierra de enfrentamiento y nadie pone orden. Vázquez no puede gobernar sin mayorías parlamentarias propias. Se aferran a él, no porque estén dispuestos a apoyarlo, sino porque les asegura tener chance de mantener el poder.

Todos los partidos aspiran a llegar al poder o a mantenerlo, ¿qué tiene de raro?

Pero si el FA pierde la elección se divide. Perdería su instrumento de supervivencia que es la disciplina partidaria. En su seno conviven visiones antagónicas de la sociedad. Los une la necesidad de poder. Paradójicamente el destino de ese poder y su ejercicio es lo que los separa.

@LeoPereyra5

El Observador